30/7/09

30 de Julio

Las tres últimas entradas tienen algo en común; son grupos que escuche en los 90 por diferentes motivos.

El primero, porque algún loco compañero de oficina me llevaba por las tiendas de discos de la carrera 19 en Bogotá, donde podía encontrar novedades de Inglaterra o Norteamérica. Gong vino en una especie de relación hippie y difusa, pues mezclaban muchos estilos y la música trataba de ser una puesta en escena antes que una respuesta confeccionada. Era una forma de vida, por que no, un happening: sus letras hablaban de las cosas más normales. De cierta manera parecían recoger las influencias del grupo alemán Can o el rock progresivo, la música popular y hasta el jazz para unirlo al burlesque o al teatro. Era una de las primeras cosas que conocí de los setenta y que me dio una idea de la sicodelia en música.

Los otros dos grupos los aprendí a escuchar gracias a mi hermano y sus melenudos amigos quienes visitaban el piso para tener fiestecillas donde agitar sus cabellos. Bueno, Red Hot Chili Peppers, siempre me han parecido un grupo fuera de serie, tienen un ritmo característico dado por el bajo y la batería que contraponen a la voz juguetona y rapera del líder y las guitarras estridentes.

Jane’s Addiction eran un acelere total, con los motores al máximo y una especie de sonido que recordaba que el punk y el rock extremista también pueden ser melódicos. La voz líder siempre iba al antojo del momento y con su particular tono, era fácilmente identificable. En la música de ellos se navega, se viaja sin retorno a los sonidos.

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